Justo en el principio de la pandemia que ha tomado protagonismo en nuestras vidas durante el año 20, he tenido el privilegio de descubrir Guyarat, el estado más occidental del vasto pais de Asia del sur: la República de la India.
En un pais, cuya superficie se extiende a lo largo de 3.165.596 km², la peníncula de Guyarat parece una insignificante protuberancia terrestre ubicada en la parte noroccidental y, sin embargo, habitan 60.439.692 habitantes (según cifras del 2011).
El clima se considera de estepa local, donde el promedio de temperatura són 27º i muy poca precipitación.
En la amalgama de culturas indias, el Guyaratí és la lengua del grupo indio que habita la península.
En cuanto a la religión, la cosa se complica, pues cohabitan hindúes, musulmanes i cristianos, siendo dificil percibir la separación o antagonismo entre ellas, según Beatriz Martínez Saavedra
La filosofia, la religión, la gastronomia, el idioma, la indumentaria, el paisaje, la música, los olores, las costumbres... nada en la India deja indiferente.
Incluso el gesto característico de la gente cuando te miran con esa mirada brillante de color azabache (que te penetra hasta el alma) y mueven la cabeza a un lado y a otro lateralmente para decir "si", con una sonrisa eterna en los labios: imposible olvidar la sensación de desconcierto.
Imposible olvidar el lugar donde el tiempo se mide en emociones y la distancia, no se mide, solo se recorre...
Un lugar donde la vida va a otro ritmo, donde se respiran especias y el picante (que no es un "gusto" sino un "flavor trigeminal") es la sensación más frecuente.
Las sonrisas son más blancas y las miradas más serenas...Los colores tienen muchos decibelios y las formas tienen más de tres dimensiones.
Imposible recordar como era yo antes de "experimentar" ese lugar, imposible volver atràs...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada