dilluns, 7 de gener del 2019

DIARIO DE VIDA: EL DESTINO


Ahora que empieza un nuevo año (2019) en que pueden surgir de nuevo los planteamientos sobre la propia existencia, el futuro o algunos "porqués", en un momento en que nos cuestionamos recorridos personales y nos proponemos cambios, me pregunto sobre el 

Destino, la capacidad humana para la toma de decisiones y el libre albedrío:

Destino: "Fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos", según la word reference.
La RAE define el término como "hado (en primera acepción) o fuerza desconocida" y "encadenamientos de los sucesos considerado como necesario y fatal" (como segunda acepción).
En el diccionario filosófico (Diccionario filosófico · 1965:116) se habla del "concepto que expresa la noción religiosa e idealista de una fuerza sobrenatural que predetermina todos los acontecimientos en la vida de las personas" o "justicia suprema, rectora del mundo" (para los Griegos), y también "providencia divina, del ser supremo" en que "la idea del destino como predeterminación divina es inherente a todas las religiones contemporáneas".
El diccionario filosófico Voltaire explica el origen del destino como "el señor de los dioses" cuando los dioses eran señores del mundo en el Libro de Homero, el más antiguo de los libros de Occidente que conocemos y donde se encuentran las costumbres de la antigüedad profana, los héroes, los dioses (creados con el patrón de los hombres) y donde, "entre fantasías", se encuentra el origen de la filosofía.En el Diccionario de inglés de sinónimos se recogen las palabras cupdivine decreedoomfatefortunekarma y otros.
Películas, libros (como "la fuerza de un destino"), comercios...
la palabra aparece con fuerza con poder sobrenatural aludiendo a la "predestinación" a que elude inevitablemente.

La ética de los estoicos niega la libertad de escoger, porque "lo que tenga que ser, será", negando a los hombres la libertad de escoger, ante un plan preestablecido que nos lleva inexorablemente al mismo final hagamos lo que hagamos.

Según esto, no tendría que ser una preocupación para el ser humano, la toma de decisiones en su vida.

Laplace defendía este determinismo de acuerdo con su teorema científico que demostraba a la no existencia del azar, basando todo lo que acontece en las relaciones causa-efecto.

Leibniz, en cambio, profeta de lo moderno, concebía el mundo como "el mejor de los posibles".  En su teoría de las mónadas declara éstas como no materiales y únicas, con una ordenación jerárquica según la cual en todos los seres humanos, existe una principal que denomina "alma".  Creía que todo lo creado se encuentra en perpetua transformación en un contínuo fluir del anhelo de las mónadas. Como consecuencia, en su Teodicea sostiene que una de las esencias del ser humano es su indeterminación.  El hecho de estar inacabado le hace especial, individual y le obliga a construir-se contínuamente a través de sus decisiones, actitudes y experiencias.

300 años después de su muerte, el problema del libre albedrío sigue tratándose e inacabado y tenemos algunos ejemplos entre los que se pueden destacar el de Newcomb, en 1974, que daba a conocer en Scientific American su famosa paradoja sobre el libre albedrío, o también, el de Dennis Overbye quien publicó, en 2007, su artículo "la ilusión del libre albedrío" en El País en el que defiende la tesis del neurólogo Mark Hallett, según la cual el libre albedrío no existe.  Esta tesis esta muy rebatida por algunos físicos que afirman que es un requisito imprescindible y previo para inventar teorías y planificar experimentos.
Anton Zeilinger, físico cuántico en la Universidad de Viena, por ejemplo, defiende que la aleatoriedad cuántica no es una prueba, aunque sí un indicio de la voluntad propia del ser humano.











Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada